


El tiempo me ha demostrado que no todas las relaciones están destinadas a caducar. A través de recuerdos y reflexiones, surge la analogía entre la amistad con mis amigues del colegio y aquello que por antonomasia no expira: la miel. Esta carta es para que sepan que les extraño y que, sin importar la distancia, podremos contar con nuestro apoyo.